Parece que Kim Stanley Robinson (KSR en lo sucesivo)
necesite explicar historias complejas y argumentos sobredimensionados
para sentirse realizado. Ya lo hizo en buena medida con su Trilogía
de Marte y ahora lo ha repetido con esta ucronía. El
resultado sin embargo, es muy diferente que el del su casi ensayo
sobre la terraformación marciana. Tiempos de arroz y sal
es una gran novela, mucho más de lo que parece a priori.
KSR ha escrito una ucronía con todas
las de la ley, de manera que a partir de un hecho histórico
contrastado, la llegada de la peste negra a Europa a principios
del siglo XIV, especula como hubiera evolucionado el mundo si esta
plaga hubiera eliminado la práctica totalidad de la población
europea, provocando el alzamiento de civilizaciones como el Islam
y la China. Una buena idea que además ha sido enfocada según
un punto de vista mucho más espiritual, como si esta manera
de vivir que durante siglos han cultivado en oriente fuera una de
los pilares que aguantaran esta historia alternativa de la Tierra.
El autor tenía que hablar de 700 años
de história, cosa nada fácil si se quiere llevar un
equilibrio narrativo y una coherencia interna que no acabara provocando
que la novela se convirtiera en un libro de texto histórico
alternativo o en un ensayo especulador (cómo fue el caso
de la Trilogía de Marte). Y aquí es donde acierta.
KSR escribe sobre dos historias al mismo tiempo: El desarrollo social,
religioso y científico de este mundo alternativo y la evolución
personal de los personajes de la obra que beviendo directamente
de la mitología indú se van reencarnando en cuerpos
diferentes mejorando o empeorando su karma, incluso algún
caso reencarnándose en animales.
Para reconocer a estos personajes, el autor
los vincula entre sí a través de las iniciales, de
manera que K. y B. son en cada capítulo los principales protagonistas,
tanto si la acción se desarrolla en la China imperial, en
el nuevo mundo o en algún estado musulmán. K. acostumbra
ser quién lleva la revolución a su tiempo, quien tiene
el espíritu más combativo, quien intenta cambiar las
cosas; B. es su compañero sumiso, el que lo ayuda y el que
a menudo debe finalizar lo que la mano firme de K. empezó.
También tenemos otros personajes que se van reencarnando
como I. que a menudo actúa como consejero, amigo, intermediario,
erudito.
Realmente con esta aportación, la novela
coge otro cariz y la perspectiva de 700 años de historia
queda ligada a través de estas reencarnaciones y del carácter
de sus personajes, algunos de ellos muy bien definidos.
Tiempos de arroz y sal es pues una especulación
histórica, una propuesta que se centra particularmente con
la evolución de algunas religiones como el islam y el budismo
(El taoísmo y el confucionismo chinos quedan un poco olvidados,
pero presentes). De hecho, el autor combina a los protagonistas
porqué representen a civilizaciones con diferentes estructuras
religiosas: El islam y su Dios único, los indús y
su panteón mitológico y los chinos y sus creencias
más ligadas a la naturaleza, a ser una forma de vida y no
creer en ninguna divinidad concreta, si no más bien en los
hombres como Buda, Lao Tse o Confucio.
KSR ha escrito una novela erudita, pausada,
que invita a la reflexión y que a pesar de ser una ucronía
puede llegar a enseñarnos o abrirnos los ojos sobre como
funciona nuestro mundo real. El autor se ha documentado muy bien
sobre la historia y las costumbres de civilizaciones y etnias como
la china, los árabes, los indús, los aborígenes
americanos, los japoneses, los persas, los mongoles
todo para
poder presentar sus teorías con más profundidad y
con una perspectiva realista.
Quizás uno de los puntos criticables
es que esta evolución alternativa de la tierra se parece
bastante a nuestra realidad en muchos sentidos. Si cambiamos lugares
como la Toscana italiana por Samarcanda, el descubriment de América
realizado por los chinos en vez de los europeos, la Segunda Guerra
Mundial por la Guerra Larga vemos que los hechos se van repitiendo,
cambiando fechas y métodos.
En cambio, uno de los puntos fuertes de la novela
es saber mezclar la religión (las diferentes religiones,
de hecho), de seguir cultivando esta espiritualidad perdida en occidente
con la lucha social, sobre todo fundamentada con las mujeres y su
igualdad con respecto a los hombres. Algunas de las teorías
que propone KSR son más que interesantes al respecto
Muy recomendable pues, para los que gusta
la historia, la mitología en un entorno serio y metódico
(a veces pero con pasajes demasiado cargados de informació
que lastran el ritmo narrativo). Para disfrutar con tranquilidad.
700 años de historia requieren un poco de paciencia, pero
creo que una vez asimilados por el lector, este se dará cuenta
que habrá valido la pena dedicarle su tiempo.
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